Sentado ante el destino veo más claro mi camino, es un camino de esfuerzo, de entereza, de saber estar, de amar…
Pero no siempre tengo fuerzas o energía para ser persona, o tal vez no se canalizarla.
En mi interior siento la Fuerza Divina, me acompaña desde que nací, yo se que es así, sin ella tal vez hoy no estuviera aquí, a ella le debo lo que soy, ella me dió todo lo que hoy tengo, aunque no siempre lo merezca.
En mi vida he cometido grandes y graves errores, y no me he perdonado a mi mismo por todos, me martirizo para pagar esas culpas, eso es lo que creo a veces, quizás la culpa la tiene mi educación, o el vivir la vida sin razón, la cuestión es que al final el jodido soy yo.
Por eso quiero romper las cadenas que me atan al pasado, quiero pasar al otro lado, al lado en el que yo soy amo de mi vida, quiero dejar de acariciar sombras, quiero dejar de vivir en guardia, quiero salir de mi guarida, quiero encontrarme de frente con mi ser, necesito convencerme de que todo acabo, necesito darme cuenta de que la Fuerza me ha dado una nueva oportunidad, esa que con tanta pasión pedí aquella noche bajo las estrellas, cuando creía que todo había acabado para mi en este lugar… por fin ha llegado mi oportunidad… y no la puedo desaprovechar… esta es la que yo pedí… esta es de verdad… y ,a veces, no la se apreciar.
Aun existen hilos invisibles que rememoran mi infierno particular, hilos que nublan mi mente, que me vuelven vulnerable, por eso me he acostumbrado a estar insconsciente, a vivir en mi mundo, pero con ese equipaje no puedo alcanzar las metas que me he propuesto, insconciente no seré un buen marido, ni un buen padre, ni un buen amigo…
Pero me cuesta salir de mi añeja rutina, esa que creo que me da seguridad, una falsa y dulce seguridad, estoy cansado de vivir tras una cortina de humo, quiero ver lo que hay mas allá, pero temo cortar el hilo y me siento mal, estoy cansado de luchar contra un enemigo que me hechiza con bonitas palabras, mientras la cruda realidad me saluda desde el diván, la vida es así, es cruda, es dura, es dulce, es amarga, es macabra, es una gota de ámbar en medio de la nada… y yo me voy ha acostumbrar a que ella sea mi droga, voy a buscar en la vida mi motivación para vivir despierto y consciente, para mirar a los problemas de frente, para no arrugarme cuando las cosas vayan mal, para confiar en mi, para ser mi amigo, para amarme hasta el final…
El cordobés enmascarado.

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