Hay un olivo cerca de donde vivo, es un azebuche…sin nadie que le escuche…
Un día lo sacaron del campo y le trajeron hasta aquí, no le preguntaron si quería venir…la ciudad no es un sitio para vivir…
Ahora se encuentra sólo, desubicado, el prefería el campo, allí estaba todo lo que amó…aquí sólo hay basura y polución…
Rodeado de eucaliptos que se creen muy listos, le cuentan que un día vinieron de Australia, que recordar su pasado no les da rabia…pero ni siquiera saben de que color es su savia…
Había un olivo cerca de mi casa, un olivo que recuerda su pasado con añoranza, que intenta ver el futuro con esperanza…
Los años cuelgan de sus ramas, en su pelo peina canas, a su alrededor los niños bailan antiguas danzas…
Un anciano con alma de muchacho, con mil historias bajo el brazo, historias que nadie quiere escuchar, creen que un árbol tiene poco que contar…
Sus aceitunas están arrugadas, su tronco lleno de cicatrices, pero aún tiene unas profundas raíces…
Cuando sopla el vendaval los otros arboles se retuercen…el sigue ahí…impertérrito…más fuerte que el invierno…!que gran maestro!…para enseñarte no necesita ningún cuaderno…
Al florecer su polen se une al viento, vuela hasta su casa y entra por la ventana, ve a su madre, a su padre y a su hermana…y se aleja con la brisa de la mañana…
Buscó soluciones a sus problemas, resolvió sus dilemas, descubrió que los problemas se hacen más grandes cuanto más los temas…
El cordobés enmascarado.

1 comentarios enriquecedores...:

Los que hemos pasado nuestra vida en Córdoba si hacemos cuenta de lo vivido caemos que en casi todos los bonitos momentos de alguna forma u otra siempre ha estado presente algún olivo....

13 de febrero de 2009, 6:02  

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