El peregrino hizo un alto en el camino, miró sus pies ensangrentados por el largo trecho andado, respiró hondo y se sintió afortunado...

La Vida le estaba dando la oportunidad de conocerse a si mismo, paso a paso le enseñaba a cuidarse, a dosificar sus fuerzas, a apreciar a los compañeros de caminar...

Durante el día el camino se hacia agotador, pero dentro de si encontraba reservas que desconocía, fluía una energía con la que no contaba... ella le ayudaba a superar grandes esfuerzos y escollos...

Durante la noche, tumbado bajo un árbol no muy lejos del camino, solía reflexionar sobre la etapa, encontraba soluciones a problemas enquistados, se maravillaba con ello, durante años busco esas soluciones y no las encontró...

Llego a la conclusión de que, hasta ese momento, nunca había conectado realmente con su interior, había vivido adormecido en una rancia y subjetiva realidad, autoengañado por falsas creencias y asustado por peligros inventados...

Todo lo anterior había sido un montaje creado por él, una manera de no romper con una realidad a la que se sentía muy acostumbrado, un acomodo...

Se dio cuenta de que el miedo era su peor enemigo, un enemigo querido, la costumbre se había hecho ley... hasta ese momento había sido el vasallo de un miedo transformado en rey...

Necesitaba renacer, ser una nueva persona, dar un nuevo sentido a su vida...

Su cuerpo y su alma necesitaban con urgencia ser oídos, su objetivo, en la segunda parte de su vida, seria sacarlos de la precariedad, de años de olvido y soledad...

El peregrino lanzo un beso al Cielo y luego a la Tierra, beso su mano derecha y la puso en su frente, se sintió ungido, se sintió protegido... la soledad se había ido... ahora sus sueños serian complacidos...

El cordobés enmascarado.

Dedicada a todos aquellos que buscan conectar consigo mismos y con la Naturaleza, ¿pero qué difícil es en la vida que vivimos?...

Abuelo cuéntame una historia de cuando eras joven como yo, quiero saber que aventuras has vivido, aprender con ellas...

El abuelo pensó durante un momento y luego con voz nostálgica empezó a contar:

“Una vez, cuando tenía más o menos tu edad, unos doce años, en el tiempo de la guerra, conocí a una chica, la conocí una mañana en el mercado, me llamo mucho la atención su cara llena de pecas...

Me quede pasmado delante de ella mirando su cara, como fascinado, casi como si estuviera enamorado, aunque todavía no sabia muy bien que era eso...

Días más tarde en la era, donde los niños jugábamos con palos a fusilarnos, la volví a ver, casi sin darme cuenta grité para llamarla y ella se acercó...

La invité a jugar con mis amigos, le propuse que fuera enfermera y que curara a los heridos, le dije que sería nuestro ángel de la guarda... ella se rió y aceptó...

Jugamos y nos divertimos toda la tarde, hasta casi anochecer, entonces ella me dijo que se tenía que ir al hospicio, yo me extrañé y le pregunté por qué...

Ella me contó que su familia había muerto en un bombardeo, que no tenía a nadie más... estaba sola en el mundo... su casa había sido reducida a escombros... una familia la había traído en su carro hasta la capital... la dejaron en la puerta del hospicio, como a tantos otros niños...

Me quede impactado, me acorde de mis continuas quejas hacia mis padres, de las veces que me reñían por no hacerles caso, pensaba en que sería de mi sin ellos, sólo soy un niño...

Luego pensé en la niña...¿que sería de ella?...me puse muy triste y ella me lo notó...

Me despedí y me fuí a casa, esa noche dí a mi madre y a mi padre un gran beso antes de irme a dormir, luego en la cama pensé en la niña y con ella en la mente me dormí...

No supe mas de ella hasta varias semanas después, la Guerra Civil había llegado hasta las mismas puertas de mi casa... todos los días nos bombardeaban, ¡todos los días!... fueron semanas enteras sin ir a la escuela, de la casa íbamos al refugio con todos nuestros vecinos...

Allí podía oír las bombas caer sobre nuestras cabezas, una de esas bombas fue a dar en una de las alas del hospicio, mato a muchos niños y a muchas de las mujeres que cuidaban de ellos, esa fue la razón por la que volví a ver a la niña huérfana...

Entro en el refugio junto con algunos supervivientes, me alegre de verla, sentí una alegría que pocas veces a lo largo de mi vida he sentido...

Tenia la cara negruzca del humo, pero me parecía muy guapa, le hice muecas con la cara y ella se rió...

En un momento determinado las bombas cesaron de caer, las alarmas antiaéreas dejaron de sonar, la gente empezó a salir del bunker...

Ya quedábamos pocos por salir, recuerdo que estaba junto a mi padre, a punto de subir las escaleras de salida del refugio...

De repente aquella niña me cogió como poseída del brazo, tiraba de mi con todas sus fuerzas, mi padre miraba atónito la escena y llamo a mi madre para que la presenciara...

El altercado provoco que quedáramos los últimos, y de pronto se escucho aquella tremenda explosión, caímos hacia atrás, la onda expansiva jugaba con mi cuerpo, para colmo de males fui a caer sobre aquella misteriosa niña... le di un buen golpe, la oía gritar de dolor...

Cuando se disipo el humo pude ver lo que había pasado, un avión rezagado había tirado una bomba contra la puerta del bunker, todos los que salían yacían muertos, una carnicería, aquella dantesca imagen se grabo a fuego en mi memoria...

Solo nos salvamos los que quedamos atrás, los que no salimos del bunker, era como si aquella niña lo hubiera intuido, hoy estoy aquí gracias a ella, a mi ángel de la guarda...”

El nieto miraba maravillado a su abuelo y a bote pronto le pregunto: “¿ abuelo y como se llamaba aquella niña?”...

El abuelo le contesto que se llamaba Ruth, el nieto no se lo podía creer... Ruth era su abuela...

El cordobés enmascarado.

Dedicado a todos los niños que tuvieron la mala suerte de vivir la Guerra Civil...

Gaius Iunius maldice a todos los demonios del negro abismo, reniega de Fortuna, desearía que en este momento la sangre de sus enemigos cubriese la Luna...

Equivocados augurios le llevaron a cometer aquel error fatal, aquellos sátiros dioses le dijeron que Manius Cloelius era de fiar, pero sólo era un chantajista vulgar... alguien carente de lealtad...

Se repetia: “es lo que pasa cuando un senador romano trata con un truán”... pero el mal ya estaba hecho... la conjura contra el malvado Calígula no había tenido éxito...

Manius los traiciono por una villa rodeada de extensas zonas de labor, muchos de los conjurados sus venas cortaron...antes que caer en las garras del tirano...otros como Gaius se autodeportaron...

Aristócratas convertidos en mendigos para poder pasar desapercibidos, asustados ante el más minimo ruido, rodeados de plebeyos, esclavos y campesinos...

Gaius pensó en su familia, lejos quedaba su amada Hispania... quizás la posibilidad fuera, a través de Sicilia, pasar a África... y para ello tendría que salvar una férrea vigilancia...

Escondido en una caja de madera fue transportado al puerto, haciéndose pasar por un muerto, circulando entre legionarios informados del desafortunado acontecimiento...

Gaius pudo oír que todos sus compañeros de conjura habían sido apresados en los caminos, el idolatra los había crucificado como a simples bandidos...

Eran senadores y caballeros... ciudadanos de Roma... representantes de estirpes legendarias... personas que amaban a su patria... para no delatarse tuvo que contener las lágrimas...

Pero Gaius no tenia tiempo de llorar, solo pensaba en llegar a su hogar... en coger a su familia y huir a algún lejano lugar...

Aunque Roma no perdonaba a traidores y siempre han existido personas ajenas a los honores, todo lo contrario a lo que sucede con los grandes luchadores...

El marinero que le delató creía que hacia un bien, ¡pobre iluso!... !pobre inculto!... delataba a un hombre dispuesto a cambiar el mundo...

Muchos de los senadores eran corruptos, usaban su puesto en el Senado para sus propios usos, pero Gaius era una excepción ya que, junto a algunos más, combatían aquellos abusos...

Los mafiosos los tenían en el punto de mira, estaban esperando a la más mínima... y aquel maldito complot falló...

Al final se impuso la muerte y la desolación sobre la fuerza y el honor, venció el loco, el matricida... junto con los sucios senadores que lo adoran como a la Triada Capitolina...

Aquella caja se abrió de manera violenta, Gaius sintió como la gladius le seccionaba la arteria, sintió como la sangre brotaba de ella...

La última imagen que vió antes de morir fue la de su mujer bella, la de su hijo, la de su tierra...la de la capital de la Bética...

El cordobés enmascarado.

Dedicado a todos aquellos que se sublevaron contra un tirano y acabaron mal...

Entre jardines lloraba desconsolada, toda su cara sus lágrimas mojaban, entre la opulencia se sentía desdichada...

Recordaba con anhelo sus lejanas y norteñas montañas, de donde un día por los herejes fue raptada, de los brazos de sus padres arrancada...

Transportada a tierra extraña, de gentes con caras tostadas que hablaban lenguas profanas, que se burlaban de su tez blanca...

Adiestrada en la cultura y en las ciencias, su amo con ella tuvo mucha paciencia, veía en ella a una mujer a la que algún día harían reverencias...

Las puertas del Alcázar se abrieron para ella una soleada mañana, un elegante eunuco la eligió para el harén califal, en poco tiempo a grandes bellezas femeninas acabaría por eclipsar...

Favorita de Al-Hakam II, madre del malogrado Hisham, pero las personas siempre quieren más...

El destino la traicionó, en su camino puso al apuesto Almanzor, avispado supo robar su corazón...

En la trampa cayó, aquello era conveniencia y no amor, se sentía insensata...pecadora...idiota...su vida ahora estaba rota...

Ya no había marcha atrás, los rumores de su idilio habían llegado a los oídos de Al-Hakam, ahora su ira tendría que afrontar...

Pero hacia ya mucho tiempo que el califa andaba perdido entre sus libros, hacia poco caso a su mujer y su hijo, presentia que se acercaban malos tiempos para su querido paraíso...

Subh pensó que fue su olvido hacia ella lo que la llevo a cometer aquel error, se sentía sola en un pueblo de desconocidos, enclaustrada entre muros fríos, él sólo quería un hijo...

Muchas veces lo maldijo, aunque también lo quiso, pero era Al-Hakam él que la sacaba de quicio...

Él y sus malditos libros, se preguntaba si alguna vez de verdad la amo, fue el rencor lo que la arrojó a los brazos de Almanzor...

¡Maldito fanfarrón!...nunca cumplió lo que entre sedas persas le prometió, para él sólo era una rareza rubia, una simple concubina, un peldaño más para llegar al mimbar...

Sólo algo que ostentar, una bella joya que indirectamente mostrar, toda Córdoba lo sabia...formaban parte de las habladurías...

No mucho después Al-Hakam moría y ella su destino cada vez más claro veía, morir olvidada y desprotegida...

Hoy cuando paseo junto al Alcázar o por Medinat Al-Zahra aún puedo oler su fragancia, oigo el llanto de la esclava barbara, de la sultana vasca...de una reina que anhelaba sus montañas...

El cordobés enmascarado.




Excavación abandonada de la mano de Dios y del hombre en uno de los costados de la Plaza de la Magdalena, lleva así bastante tiempo...no será porque no hay parados dispuestos a limpiarla y adecentarla...
¿Qué pensará de nosotros un guiri que pase despistao por allí?... pos que no nos merecemos lo que tenemos...
No es la primera que veo algo así y creo que tampoco será la última, lo peor es que unos cuantos cebollos (políticos y demás fauna) se van a lucrar a costa de la mancillada Capitalidad, a las pruebas me remito...
El cordobés enmascarado.



Ciudadanos del mundo que visitan este blog...

Blogger Template by Blogcrowds