Entre jardines lloraba desconsolada, toda su cara sus lágrimas mojaban, entre la opulencia se sentía desdichada...

Recordaba con anhelo sus lejanas y norteñas montañas, de donde un día por los herejes fue raptada, de los brazos de sus padres arrancada...

Transportada a tierra extraña, de gentes con caras tostadas que hablaban lenguas profanas, que se burlaban de su tez blanca...

Adiestrada en la cultura y en las ciencias, su amo con ella tuvo mucha paciencia, veía en ella a una mujer a la que algún día harían reverencias...

Las puertas del Alcázar se abrieron para ella una soleada mañana, un elegante eunuco la eligió para el harén califal, en poco tiempo a grandes bellezas femeninas acabaría por eclipsar...

Favorita de Al-Hakam II, madre del malogrado Hisham, pero las personas siempre quieren más...

El destino la traicionó, en su camino puso al apuesto Almanzor, avispado supo robar su corazón...

En la trampa cayó, aquello era conveniencia y no amor, se sentía insensata...pecadora...idiota...su vida ahora estaba rota...

Ya no había marcha atrás, los rumores de su idilio habían llegado a los oídos de Al-Hakam, ahora su ira tendría que afrontar...

Pero hacia ya mucho tiempo que el califa andaba perdido entre sus libros, hacia poco caso a su mujer y su hijo, presentia que se acercaban malos tiempos para su querido paraíso...

Subh pensó que fue su olvido hacia ella lo que la llevo a cometer aquel error, se sentía sola en un pueblo de desconocidos, enclaustrada entre muros fríos, él sólo quería un hijo...

Muchas veces lo maldijo, aunque también lo quiso, pero era Al-Hakam él que la sacaba de quicio...

Él y sus malditos libros, se preguntaba si alguna vez de verdad la amo, fue el rencor lo que la arrojó a los brazos de Almanzor...

¡Maldito fanfarrón!...nunca cumplió lo que entre sedas persas le prometió, para él sólo era una rareza rubia, una simple concubina, un peldaño más para llegar al mimbar...

Sólo algo que ostentar, una bella joya que indirectamente mostrar, toda Córdoba lo sabia...formaban parte de las habladurías...

No mucho después Al-Hakam moría y ella su destino cada vez más claro veía, morir olvidada y desprotegida...

Hoy cuando paseo junto al Alcázar o por Medinat Al-Zahra aún puedo oler su fragancia, oigo el llanto de la esclava barbara, de la sultana vasca...de una reina que anhelaba sus montañas...

El cordobés enmascarado.

4 comentarios enriquecedores...:

Precioso Enmascarado, precioso.

3 de febrero de 2010, 11:41  

Que entrada más bonita amigo enmascarado, Subh se sentía en tierra extraña al igual que Abderramán I "el Inmigrado", sin embargo estoy seguro que ambos terminaron amando a Qurtuba profundamente. Que difícil sería no enamorarse de aquella Córdoba cosmopolita, opulenta e irrepetible que derramaba su blancura urbana bien afuera de sus murallas. Un saludo amigo.

5 de febrero de 2010, 7:26  

Como cambia la vida cuando sin querer , ´´el se nos cruza en nuestro camino...
Aqu´´i en San Sebasti´´an de los Reyes en Madrid, se ha trasladado la sierra y sus aromas.

6 de febrero de 2010, 6:30  

Cuanto somos capaces de ver con los ojos del alma, pasear y sentir el aroma de quien fue feliz en un lugar que no era suyo pero que terminaría por hacerla sentir libre.

Como siempre me encantó leerte y sentirte.
Besitos astrales!!

9 de febrero de 2010, 15:24  

Ciudadanos del mundo que visitan este blog...

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