Dando vueltas al corral, analizando el mundo animal, de paseo por la ciudad...
Todo es muy variado, los hay con el traje planchado y los que van con una sudadera que le han dado…
Los que se comen el tarro y los que le cambian a la moto el tubarro, los que beben litronas y los que se hinchan de cacharros…
Tenemos hippis, siniestros y flamenquitos, heavys, rockers y pijos, gente aseada y otros con palominos en los calzoncillos…
Cazadores, antitaurinos, fachas, rojos, políticos, reyes, militares, albañiles y limpiacristales…
Muermos y marchosos, feos y hermosos, los que viven con alegría y los que viven sin gozo…
La vida es variedad, harina de otro costal, una noche loca en un hostal…al que entramos por la puerta de atrás…
Quiero irme al mar, olvidar la ciudad para no sentirme artificial, quiero dejar de ser algo que se puede clasificar…
Sentir la arena en los pies, contar hasta diez, hacer lo que siempre desee hacer…
La ciudad no es sana, hace que me salgan canas, me quiero ir a la playa…sin toalla.
Cantarle a la Luna una canción de cuna, perderme en sus ojos verde aceituna, caminar entre las dunas…
Contar la estrellas, beberme unas birras bien frescas, taparme hasta las orejas cuando refresca...
Fumarme a la Madre Tierra, respirar el aire de la sierra, hacer el amor en una playa desierta…
Huelo a asfalto y el olor me das asco, ya no soporto más atascos, me voy para la playa por una atajo…
El que se anime que me siga, no aguanto en esta palancana, nos vemos en un chiringuito de Chiclana…
Etiquetas: Poesía Urbana
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Ángela dijo...
jajajaja. La ciudad también tendrá alguna cosa buena, hombre. Pero está claro que el mar es el mar:-)))
5 de diciembre de 2008, 6:14
Anónimo dijo...
la cordobesa endemoniada te espera en la playa jajaja
8 de diciembre de 2008, 11:01